Mi relación con el IGOP comenzó en un congreso científico, donde percibimos nuestras afinidades académicas, dando inicio a una sólida asociación que ha generado innumerables frutos y mucha satisfacción personal en nuestra afectuosa convivencia.

A lo largo de estos años, hemos desarrollado proyectos de trabajo comunes que se han convertido en libros, revistas, investigaciones, seminarios, documentales, supervisiones conjuntas e intercambio de estudiantes de una manera extremadamente provechosa. Entre estos trabajos, destaco el seminario y libro con el mismo título “Democracia, Descentralización y Desarrollo: Brasil y España”, publicado por la Editorial de la FGV y también el seminario, libro y documental titulado “Respuestas Locales a Inseguridades Globales”, publicado por la Fundación CIDOB.

En el IGOP encontré varios compañeros de trabajo que tienen curiosidad por conocer las experiencias latinoamericanas y que se han mostrado siempre capaces de reconocer y respetar nuestra producción científica

Lo que nos unió en estos y otros varios trabajos fue la perspectiva crítica en relación a un patrón de crecimiento económico y globalización incapaz de reducir desigualdades y que termina por provocar nuevas formas de exclusión. Nuestro compromiso siempre ha sido con la producción de la excelencia académica que nos permita crear instrumentos y tecnologías sociales orientados a la profundización de la democracia participativa, la transparencia en la gestión pública y la promoción de los derechos sociales y la emancipación de los sujetos políticos. En el IGOP encontré varios compañeros de trabajo que tienen curiosidad por conocer las experiencias latinoamericanas y que se han mostrado siempre capaces de reconocer y respetar nuestra producción científica.

La globalización no se restringe al ámbito económico, sino que también alcanza toda el área de la producción científica, haciendo que los conocimientos circulen con más amplitud y permitiendo un mayor intercambio de ideas. Pero, por otro lado, impone patrones rígidos de producción que buscan transponer modelos hegemónicos a realidades distintas, muchas veces llevando a una alienación en la incesante carrera por alcanzar metas y parámetros que nos alejan de nuestros compromisos con la transformación social y la profundización de la democracia de ciudadanos.

Este es el desafío que se plantea tanto para el IGOP como para otros centros académicos, que buscan mantener sus valores y compromisos y adecuarse a una lógica de la producción científica que les es dictada por intereses exógenos. La trayectoria del IGOP nos permite divisar que sabrán lidiar con estos desafíos sin renunciar a sus ideales en tanto que centro de excelencia internacionalmente reconocido y con capacidad para transformar las propias dinámicas productivas en este campo. Puede parecer una ecuación imposible de resolver, pero la experiencia del IGOP nos permite apostar por el éxito de esta empresa en los próximos años. ¡Larga vida al IGOP!


Sonia FleuryDra. Fleury, Sonia
Doutora em Ciência Política, Professora Titular da Escola Brasileira de Administração Pública e de EBAPE da Fundação Getúlio Vargas