Por su horizonte de posibilidades emancipadoras, la radiodifusión cautivó imaginaciones desde su nacimiento. Ya en la década de los 30, Bertolt Brecht y Walter Benjamin intuyeron el potencial de la radio para construir una comunicación horizontal que diese voz a aquellos que no la tenían. El primero defendió «constituir a los radioyentes en abastecedores» de sus contenidos (2003: 13) y el segundo, «que a la radio le interesa poner el micrófono delante de cualquier persona» (2015: 375). Y pese a que el medio se fue convirtiendo en una herramienta al servicio de estados y grupos empresariales, es posible encontrar un hilo emancipador que nos llevaría desde las primeras comunidades de radioaficionados, a emisoras como la KMPX de San Francisco, pasando por los radio-clubs obreros de Alemania, Radio Carolina y otras emisoras piratas del Mar del Norte, o Radio España Independiente —la Pirenaica—, hasta llegar al movimiento de las radios libres y comunitarias.

Estas últimas son la forma particular que adoptaron en Europa las emisoras impulsadas por grupos sociales estrechamente conectados a los Nuevos Movimientos Sociales y la Nueva Izquierda post-mayo del 68, a partir de la segunda mitad de la década de 1970. Desde su origen en plena efervescencia social, el rol transformador de estas experiencias ha ido más allá de lo discursivo e incluso de la posibilidad de convertir al receptor en emisor: el uso emancipador de los instrumentos de la comunicación por parte de los colectivos sociales se ha visto reflejado también en el tipo de organización y funcionamiento que han adoptado en cada momento histórico. En ellos se reúnen el consumo y la producción, su modelo organizativo tiende a la horizontalidad y autogestión, en la producción hallamos autonomía, cooperación, autoformación, convivencia, la renuncia al lucro, la ética en la financiación y, con el tiempo, la preocupación por utilizar el software libre y licencias creative commons (Reguero, 2017).

El movimiento de las ondas libres llegó a España fuertemente inspirado por las experiencias de Italia y Francia, con un tipo de proyectos, que rápidamente se extenderían por Europa occidental como respuesta a una situación de «anomía comunicacional», pues parece que este tipo de emisoras nacieron como respuesta a una tensión existente entre valores de la cultura dominante socialmente deseables y los medios normalizados para acceder a ellos (Pérez Martínez, 2017).

Al escribir estas líneas, en pleno rebrote de la Covid-19, la situación legal de las radios libres y comunitarias en España sigue marcada por la falta de regulaciones que permitan su normalización y despliegue, pero sobre todo, que respeten su carácter autogestivo. Pero la evasión de las diferentes administraciones para garantizar el derecho de la ciudadanía a las ondas no frena a la acción colectiva: diversidad de personas y organizaciones sociales se han servido de la tecnología libre y comunitaria para emitir y coordinarse a escala regional, estatal e internacional, ofreciendo informaciones y voces alternativas durante la crisis sanitaria provocada por el coronavirus.

En los momentos más críticos del confinamiento provocado por la primera oleada entre marzo y mayo de 2020, las emisoras comunitarias, desde la Red de Medios Comunitarios (ReMC) lanzaron el semanal El otro coronavirus, con la colaboración activa de miembros de Onda Color, de Málaga, Cuac FM, de La Coruña o Radio Vallekas, de Madrid, entre otros; mientras que las radios libres, por iniciativa de Ágora Sol Radio, organizaron tres Cadenazos Ibéricos, superando diez horas de duración cada uno. En estos cadenazos, más de 20 emisoras y podcasts de todo el Estado español formaron red para reflexionar sobre los diferentes impactos sociales y económicos de la Covid-19, entre ellas, Radio Almaina, de Granada, Ràdio Aktiva, de Alcoy, Radio Malva, de Valencia, Radio La Granja, de Zaragoza, Radio Bronka, Contrabanda y RSK desde Barcelona. En esta misma ciudad[1], la Red de Radios Comunitarias de Barcelona (XRCB) también realizó programación centrada en el coronavirus.

En un contexto en el que a través de las redes sociales y los medios de comunicación generalistas proliferaron los discursos de odio, las fake news y la desinformación, estas iniciativas comunicativas apostaron por recuperar, una vez más, puntos de vista y voces ausentes en las narrativas mediáticas generalistas. Por un lado, en las distintas ediciones de El otro coronavirus se trataron temas como la situación de las personas y los barrios más desfavorecidos, los planes de desconfinamiento, el Ingreso Mínimo Vital, los efectos del alcoholismo en un contexto tan complicado, las distintas redes de apoyo mutuo que surgieron durante el confinamiento, etc. Por otro lado, cada uno de los Cadenazos Ibéricos giró alrededor de un eje temático. El primero sobre el papel de los medios libres ante la «nueva anormalidad», el segundo se centró la importancia de las redes de apoyo mutuo y el tercero, que se celebró enlazando con una iniciativa similar en Latinoamérica, se dedicó al papel de las disidencias y las luchas sociales en la “nueva normalidad”. Y un cuarto cadenazo, este internacional, “Desenmascarando el colonialismo”, fue organizado el 11 de octubre junto a diferentes emisoras de América Latina.

Todas estas estrategias de coordinación y experiencias de empoderamiento comunicativo muestran que, a pesar de las dificultades técnicas y económicas, los medios libres y comunitarios están presentes en los momentos en los que sus comunidades más los necesitan. No obstante, que debido al ya de por si frágil sostenimiento de estos proyectos, los efectos económicos, sociales, políticos y sanitarios de la «nueva normalidad» están obligando a estas radios a adaptarse y buscar nuevas salidas, pues muchas han visto acrecentado el riesgo de desaparecer. Su fuerte dependencia del trabajo voluntario y de las cuotas de socios pone sobre la cuerda floja a todas estas emisoras, en un contexto marcado por la pandemia de la Covid-19. Una travesía más para estos colectivos sociales que ya cuentan con medio siglo de existencia en España a pesar de la persecución y la inacción administrativa, mostrando que otra comunicación, desde y para la ciudadanía, es posible.

[1] En Barcelona destaca también el proyecto audiovisual La Veïnal, que ha ofrecido reportajes sobre la vida en el contexto de la pandemia.

 

José Emilio Pérez Martínez (Sorbonne Université)
Red de Investigación en Comunicación Comunitaria, Alternativa y Participativa (RICCAP)

Núria Reguero (Institut de Govern i Polítiques Públiques – UAB)
Red de Investigación en Comunicación Comunitaria, Alternativa y Participativa (RICCAP)

 

REFERENCIAS

Benjamin, W. (2015). Radio Benjamin, Madrid, Akal.

Brecht, B. (2003). «Teorías de la radio (1927-1932)», en Revista de Economía Política de las Tecnologías de la Información y Comunicación, V (2), págs. 5-16.

Pérez Martínez (2017). «¿Por qué las radios libres invadieron nuestro dial? Reflexiones sobre el concepto de anomia comunicacional como origen de prácticas de comunicación alternativa (1976-1989)», en Estudios sobre el mensaje periodístico, 23 (1), págs. 519-534.

Reguero, N. (2017). Polítiques públiques i sostenibilitat dels mitjans lliures a Amèrica Llatina i la Unió Europea : de les ràdios lliures als comuns digitals . Universitat Autònoma de Barcelona: Institut de Govern i Polítiques Públiques.

 

ENLACES DE INTERÉS

El Otro Coronavirus
https://cuacfm.org/radioco/programmes/el-otro-coronavirus/

Primer Cadenazo Ibérico de Radios Libres
http://podcast.radiobronka.info/1er-cadenazo-iberico-de-medios-libres/

Segundo Cadenazo Ibérico de Radios Libres
http://podcast.radiobronka.info/ii-cadenazo-iberico-de-las-radios-libres/

Tercer Cadenazo Ibérico de Radios Libres
http://podcast.radiobronka.info/tercer-cadenazo-radial-salud-y-vida-para-todxs/

RED DE MEDIOS COMUNITARIOS (REMC)
https://medioscomunitarios.net/

RED DE INVESTIGACIÓN EN COMUNICACIÓN COMUNITARIA, ALTERNATIVA Y PARTICIPATIVA (RICCAP)
https://www.riccap.org/es/

FORO EUROPEO DE MEDIOS COMUNITARIOS
http://cmfe.eu/